Sabemos que en caso de divorcio, si el hombre tiene una denuncia por violencia de género, pedir la custodia compartida es algo que resulta irreal. Sin embargo, existen otros aspectos que debemos tener en cuenta a la hora de pedir una custodia compartida:
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Informes psicosociales
Cuando la ruptura amistosa no es posible, debe interponerse una demanda de divorcio contencioso, más complicado y costoso que un divorcio de mutuo acuerdo.
Cuando se pelea por la custodia compartida, se suele pedir al juzgado un informe psicosocial. Si este informe es negativo puede hacer que el Juez no nos otorgue la custodia. Sin olvidarnos de que también existen más pruebas y hechos a tener en cuenta en el desarrollo del juicio.
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Relaciones complicadas entre padres
Si la relación entre los padres es desastrosa y no pueden ni verse, es muy difícil que la sentencia dicte una custodia compartida. Se inclinará por una custodia monoparental con un régimen de visitas. Normalmente se inclinan hacia la madre.
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Menores lactantes
Cuando en un divorcio hay de por medio bebés que todavía toman el pecho, conseguir la custodia compartida es algo harto complicado. Al respecto, tanto el Juzgado de Familia, el de Violencia de Género o las diferentes Audiencias Provinciales tienen criterios distintos. Dependerá del caso en concreto.
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Distancia entre domicilios
Vivir en municipios o ciudades distintas significa que no habrá custodia compartida. A no ser que estos municipios se encuentren uno al lado del otro. Si viven distanciados, lo normal es otorgar una custodia monoparental con régimen de visitas cada 15 días y en vacaciones.
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La pensión de alimentos
A veces, los padres piden la custodia compartida por no tener que pasar una pensión. Sin embargo esto no siempre es así, pueden imponer el pago de una pensión a una de las partes si las necesidades del menor lo requieren. Incluso se puede imponer a ambos.
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Modificación de medidas
Los cambios en nuestra vida pueden afectar a la custodia compartida. Es por ello que se puede pedir una modificación de la sentencia en relación con los cambios experimentados, por ejemplo, si nos vemos obligados a cambiar nuestro domicilio por motivos de trabajo. Se pueden solicitar por mutuo acuerdo, o por contencioso.