La audiencia del menor es una prueba habitual en los procedimientos judiciales de divorcio. Los niños y las niñas tienen derecho a ser escuchados cuando los padres y las madres discrepan sobre asuntos que les atañen directamente como la guarda y custodia, el régimen de visitas, el lugar de residencia, etc. Dicha audiencia, consiste en una conversación en presencia del juez y del Ministerio Fiscal, en la que puede expresarse sin formalismo alguno. Durante el transcurso de este encuentro no están presentes ni sus padres ni los abogados con el fin de garantizar una mayor privacidad.
¿Qué efectos secundarios se pueden ver en los menores?
Todos podemos afirmar que una situación de divorcio afecta tanto a la propia familia como a los hijos, ya que son parte directa de su vida. A pesar de ello, evitar que estos sufran es fundamental en el proceso. Disponer de una sala especial para realizar la prueba es fundamental para que este no resulte más traumático para los menores.
Más de la mitad de los niños y niñas (55%) que acude a un juzgado por una crisis de familia, comparece en la sala de vistas y el mismo día de la celebración del juicio donde sus padres litigan, con el componente de miedo, tensión y ansiedad que eso supone.
