En el momento de sufrir la pérdida familiar, a veces, hay que lidiar con más problemas como la propia disputa de los bienes heredados por los miembros de una familia. Una de las claves para evitar estas confrontaciones, o al menos, que se reparta de manera justa, es elaborar el testamento en vida y así evitar conflictos.
Los herederos legítimos
Una herencia puede estar dividida en tres partes específicas y de ellas dependerá la cantidad de beneficios que recibirá una persona.
La legítima es una tercera parte de la herencia, que será distribuida entre aquellos herederos que son considerados como forzosos, por la relación que tenían con el testador. Aquí se cuentan los hijos, los ascendientes en caso de que no existan descendientes y el cónyuge.
Está el tercio de mejora, que puede utilizar el testador para mejorar la cantidad de herencia a recibir por uno de sus herederos. Esta es una parte que solo responde a los deseos del testador para aplicarla o no.
El tercio de libre disposición es la última parte y es la que permite al testador dejar una parte de la herencia a quien mejor le parezca, ya sea familiar o no. Es una decisión que se toma en vida, que refleja en su testamento y no se puede impugnar si está en este tercio.
El tema de las herencias es complejo y doloroso, pero es posible mejorar la ruta cuando se busca ayuda cualificada que permita que el proceso no sea tan complejo de llevar a cabo.
